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miércoles, 21 de marzo de 2012

Bahamas, De Real Ting





‘It’s de real ting, ma’am’, dicen los nativos de estas islas en las que el tiempo no pasa y el espacio está ocupado por un amalgama de azules, verdes y rosas que te atrapa y al que te rindes sin ningún tipo de objeción. O eso es lo que sentimos los actuales visitantes, porque hace unos siglos los españoles que llegaron comandados por el descubridor no pensaban lo mismo. Es más, tan áridas les parecieron estas tierras y tan poco útiles que buscando a ver si encontraban algo que sirviera aniquilaron a los 40.000 indios Lucayanos que las habitaban para después abandonarlas y despreciarlas. Según reza la wiki, en 1520 había sólo once indios, no los suficientes como para poder pasar de generación en generación la historia de quiénes fueron los hijos de puta que acabaron con su pueblo.  Hoy en día, en las tiendas se venden algunos souvenirs donde aparecen las carabelas españolas descubridoras del nuevo mundo, e incluso algunas islas se disputan el título de ser la primera a la que llegó Colón, pero, en realidad, los actuales habitantes de las islas no tienen ni idea de quién cojones era ese Colón. En fin, la historia..
En cuanto a los actuales habitantes, el visitante se pregunta por qué son predominantemente negros y la respuesta es que se trata mayoritariamente de esclavos liberados procedentes de las plantaciones de Georgia y Carolina del Sur, y a su vez originarios de la costa occidental africana.
Pero todo esto, que sirve a modo de introducción, se desvía un poco del objetivo de este post, que no pretende más que describir someramente nuestra nueva aventura en el Siroco por uno de los archipiélagos más bellos del mundo. Escribo esto desde el avión que me lleva a Miami y lo que contemplo por la ventanilla es de una belleza transparente e inefable, y desearía haber continuado surcando estos mares de piratas y corsarios durante mucho más tiempo y con mucha más calma para no tener que continuar conformándome con literatura. Pero habrá una próxima vez, seguro, como R. en Los Roques.
En mi periplo particular, la primera isla que pisé fue Crooked Island y la bienvenida no pudo ser más bien recibida. Me esperaba Toni en el aeropuerto con un autobús que hacía el trayecto de punta a punta de la isla cuatro veces al día. Como Divya, la conductora, no tenía nada mejor que hacer en ese momento, decidió acompañarnos a hacer un par de encargos y esperarnos a la salida para llevarnos después a la cala donde estaba el Siroco fondeado.
El primer encargo se lo había pedido a Toni la propia Divya y consistía en llevarnos a la escuela de la isla para ayudar a la profesora de español en su clase. La profesora cubana quería que sus alumnos escucharan un acento español diferente del suyo propio y que charláramos un poco con ellos. Fueron unos 20 minutos en los que los niños intentaban entre risas pronunciar algo comprensible, eso sí, cuando se trataba de cantar algo lo hacían perfectamente con sus voces melodiosas y es que estas gentes están especialmente dotadas para la música y el ritmo.
Nuestra segunda parada fue en una tienda de comida para comprar pan y, como Divya nos había acompañado en estos recados, accedimos a cambio a acompañarla a ella a su casa para que su marido la relevara en el autobús y poder ella continuar su día en su segundo trabajo: limpiar la casa de unos americanos que estaban de vacaciones en Crooked.
Crooked Island es una isla escasamente poblada que vive principalmente de la pesca y de lo que les llega de Nassau una vez por semana. El acontecimiento más importante del día es la avioneta que llega todas las mañanas y que transporta sobre todo lugareños que se mueven entre la isla y la capital. Todo pasa muy despacio y hay una urgente necesidad de cualquier cosa básica. Mi boli de tomar notas y el periódico que leía fueron donados ante las miradas codiciosas. El periódico para Andy, el marido de Divya, que después de leerlo lo utilizaría para limpiar los cristales, según dijo.
Por cierto, Andy me pasó su email para que lo ponga en contacto con todo aquel que esté interesado en pasar unos días en Crooked. Ofrece alojamiento y las dos primeras noches gratis! Para hacer la competencia al exclusivo resort regentado por americanos rubios y de ojos azules. Así que si alguien está interesado que se ponga en contacto.
He querido detallar este primer día un poco más por lo sorprendente que me resultó todo y porque creo que en la sucesión de acontecimientos hay pinceladas de diferentes escenas típicas de la forma de vida en estas islas, sobre todo las del sur que son, como podréis comprobar, un paraíso para todo aquel que quiera huir de eso que llaman los ingleses ‘rat race’; escapar del mundanal ruido y sumergirse en un mundo en el que lo único que es realmente importante es vivir rodeado de plena naturaleza.
En cuanto al resto del viaje, la característica a destacar fue la escasez de animales del género humano, excepto nosotros mismos, claro está. Long Island, Rum Cay, Conception Island, Cat Island, Little San Salvador y Eleuthera fue la sucesión de islas que visitamos. En casi todas ellas fondeamos, excepto en Cat Island y Eleuthera, nuestro destino final. En Cat atracamos en Hawk’s Nest, una marina situada en la punta sur de la isla en la que amablemente te prestan bicis para que te puedas mover por la zona. Hicimos un trayecto de unos cuantos largos kilómetros bajo un sol de justicia, buscando un chiringuito en el tomarnos unas merecidas birras, pero pronto nos dimos cuenta de la escasez de vida humana en la zona y volvimos a nuestra exclusiva marina a avituallarnos.
Del resto de islas que he mencionado antes destacaría la belleza salvaje del paraje natural de Conception Island, con su preciosa laguna de tonos azules, blancos, verdes y su gran variedad de habitantes como las tortugas, tiburones bebé, caracolas… y sus manglares y sus playas vírgenes. De esta isla se dice que no hay que llevarse nada y lo único que se ha de dejar son huellas en la arena.
En cuanto a la peor de las islas, sin duda es Little San Salvador. Se trata de una isla comprada exclusivamente para ser explotada y vendida a los cruceros que fondean en ella prácticamente todos los días. Es una isla temática con un enorme bar en la arena, en forma de barco pirata y en la que se pueden realizar todo tipo de actividades acuáticas y recreativas a gusto del consumidor. Durante el día, sólo pueden fondear los cruceros y el resto de embarcaciones han de mantenerse alejadas. Nosotros decidimos ir a fisgonear por la tarde, cuando los miles de cruceristas ya se habían retirado y lo que contemplamos no fue muy diferente de lo que te puedes encontrar en dinópolis, cada uno en su estilo.
Y todo esto y más! Pasear por la arena y ser sorprendido por una tromba de agua tropical, tomarte una Kalik bien fría, bucear con tiburones, sumergirte en los agujeros azules, navegar sorteando puntas de coral, bañarte entre sargazos, pasear por las arenas rosa de la Pink Sand Beach en Eleuthera, …..
xxoo elvira

4 comentarios:

  1. Envejacotxina! Ilustra molt be el que deu ser el paradís
    Xusa

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  2. Ai, Elvira, com m´alegre que t´ho hages passat tan bé... però que sàpigues que t´has perdut Les Falles, que han estat d´alló de guai, xica!
    :(

    r.

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  3. Sí, quina llàstima! ;)
    elv.

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  4. Coincido contigo elvira . Las Bahamas son encantadoras, tienen unas aguas de unos colores increíbles y su gentes son amables y sonrientes

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