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miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡ Hemos cruzado el Tropico de Cancer!

Hoy 30 de noviembre de 2011 a las 08 horas y 42 minutos hora del reloj de bitacora ( 10 horas y 42 minutos en la España peninsular) hemos cruzado, unos de los paralelos mas famosos del globo terraqueo, el Tropico de Cancer, en latitud 23 grados y 27 minutos norte. Esta linea paralela al Ecuador esta situada en dependencia del sol, indicando el limite septentrional del movimiento relativo del sol en el transcurso de un ano (el satilite no me deja poner nuestra n espanola). Y si nos detuvieramos aqui ,en esta linea de paralelo en mitad del oceano, hasta el primer dia de verano, el 21 de junio, el sol lo tendriamos al mediodia exactamente sobre nuestra cabeza, no proyectando sombra alguna. Aqui rodeado de agua por todas partes se experimenta la sensacion de inversion total de las estaciones como al cruzar esta linea imaginaria que nos adentra en el tropico bajo un sol abrasador estando casi en diciembre.
Tras las fotos de rigor, algo de algarabia y con el buen humor de la tripulacion nos hemos tomado un buen desayuno para celebrar tan digno momento.
El Sol aprieta y ya hemos tenido que poner el toldo para guarecernos bajo su sombra. Vamos guardando mantas, sacos de dormir, a la espera de tiempos mas gelidos, sustituyendos por sabanas, pantalones y camisetas de manga corta.
Hoy, que flojea el viento, hemos izado el Spi por primera vez en este viaje que el viento nos a seguido sin tregua.
Y los atunes se presentan esquivos al sedal y no acaban de pasar por la plancha con la regularidad que los miembros de esta tripulacion y sus estomagos quisieran.
El tiempo continua estable y tranquilo y en esta rutina de vida marinera que solo interrumpe una tormenta, una vela o la vista de costa, pero para eso han pasar muchos dias...
A las 21 horas UTC nos encontramos a 1972 millas de Barbados y 646 de Tenerife, en latitud 23º07´ N y Longitud 026º 38´W .
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lunes, 28 de noviembre de 2011

Ya estamos de travesia rumbo a Barbados

Acabamos de completar las primeras 48 horas de travesia desde que salimos el pasado sabado 26 de noviembre de 2011 desde el puerto de la Santa Cruz de Tenerife.
¡Da gusto navegar a vela en este inmenso oceano! Ya en la bocana del puerto nos esperaban los vientos alisios, vientos del NE que nos empujan directos y a buena velocidad rumbo al Nuevo Mundo.
En los comienzos de esta navegacion oceanica, en donde el viento es el motor de este navio, tenemos que decidir que camino nos llevara a nuestro destino. Tenemos dos opciones. La primera es ir bajando hasta las proximidades de las islas de Cabo Verde, en donde los alisios suelen soplar con regularidad, y de alli variar el rumbo hacia las Antillas. Y la segunda opcion, que es la que optamos, es hacer ya rumbo directo desde la salida con la cobertura de una favorable prediccion metereologica que nos anuncia vientos favorables para los proximos dias.
Y los dias van discurriendo con las rutinas establecidas en los grandes viajes oceanicos. Carlos, Chema, Begona, Alejandro, Pilar y Toni, los seis tripulantes del Sirocodiez debemos cumplir con nuestro trabajo diario, que no es mucho, como son las cuatro horas diarias de guardia, la preparacion de la comida, las reparaciones de a bordo y las maniobras en el aparejo con las velas.
El Sirocodiez navega alegre y despreocupado empujado por un buen viento y con su casco limpio y sus nuevas hélices plegables a buena velocidad hace entre 7 y 8 nudos, realizando singladuras de casi 170 millas diarias, que estan pero que muy bien. Y la tripulacion tiene ganas de batir los 20 dias del anterior cruce atlantico , dejando quizá en 17 dias, aunque el viento siempre tiene la ultima palabra…
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jueves, 24 de noviembre de 2011

Estamos ya en Tenerife

El Sirocodiez esta descando ya en la Marina del Atlántico. Mañana nos espera avituallar el barco para todos los meses que nos esperan por delante. Y cuando estivemos bien toda la comida estaremos listos para zarpar

Navegando rumbo a las Islas Salvajes

Nos encontramos rumbo a las Islas Salvajes, unas islas solitarias difíciles de encontrar en una carta náutica y que descansan alejadas de la civilización en el Océano Atlántico. Es nuestro decimo segundo día en nuestro periplo que nos llevará, después que crucemos el desolado océano, a las Islas caribeñas.
 Queda ya lejano el día de nuestra partida desde Valencia después de una emotiva despedida y es que el tiempo corre de distinta manera cuando navegas.
Durante la primera parte de la singladura hasta Gibraltar nos acompaño una mar calmada y bonancible. Nuestro mediterráneo nos presento su cara más amable y descansaba tranquilo después del fuerte temporal que tuvieron que afrontar, solo hace unos días, los integrantes de la Volvo Ocean Race, la regata vuelta al mundo con tripulación y con escalas. Cuando navegaban por el Mar de Alborán tuvieron que navegar con olas de muchos metros (algunos dicen que tenían 10 metros de altura) que provocaron que de los seis barcos que salieron desde el puerto de Alicante, uno rompiera el mástil y otro quedara con el casco seriamente dañado. Me es difícil  entender como unos barcos preparados para navegar durante muchos miles de millas y en las condiciones más duras, se desarmen al poco de salir de puerto.
Después de dos días y medio recalamos en Gibraltar, una parada siempre interesante para cualquier navegante. Gibraltar tiene una atmosfera especial, una personalidad propia, con su peculiar aeropuerto en medio de una carretera, sus habitantes que con su acento andalú no sabes si te están hablando en ingles o en español, su imponente peñasco, su gran actidad marítima y el placer de degustar unas buenas pintas en un pub, cien por cien British.
Despedimos a Gonzalo y a Manuel, a José Miguel y a Toni, y dimos la bienvenida a Oswaldo, Mafin, José Manuel, Emilio y Pedro, los nuevos grumetes que embarcaron en Gibraltar.
El paso del estrecho de Gibraltar no nos defraudo. Fue emocionante navegar a 12 nudos de velocidad empujados por el temporal de levante que soplaba y arreciaba tras pasar la Isla de Tarifa, en donde el estrecho se hace todavía más estrechito.
Y como el viento y el mar siempre tienen la última palabra tuvimos que cambiar nuestros planes y poner rumbo al Sur de Portugal para no machacar mucho a la tripulación ni al barco. Nos acompaño durante todo el tiempo una sucesión de chubascos empujados por el fuerte viento de levante y que con sus grandes olas nos deposito en el puerto de Portimao en la costa del Algarbe portuguesa, cerca del Cabo de San Vicente.
El reanudar viaje rumbo al archipiélago de Madeira, las grandes olas atlánticas nos hicieron la vida difícil a bordo de este navío. Que diferente es nuestro mediterráneo a este gran océano. Y es que, para cualquier navegante que quiera cruzar el océano atlántico y disfrutar de las cálidas aguas caribeñas, llegar a las Islas Canarias es la etapa más difícil y delicada del viaje de ida. Una vez en las islas afortunadas,  los vientos  alisios harán su trabajo regular para depositarnos  en las Antillas.
Fue emocionante divisar las cumbres de la isla de Porto Santo después de navegar varios días con un fuerte oleaje. Continuamos viaje a la Isla de Madeira y recalamos en la Marina de Funchal, en el corazón de esta ciudad alegre y sonando unos fados como música de fondo.
Dejamos el puerto de Madeira un domingo 20 de noviembre y atracados en sus muelles estaban dos monstruos del mar, el MSC Fantasia y el Queen Elisabeth de más de 330 metros.
Continuamos rumbo a las Salvajes navegando con una mar incómoda y confusa, con olas de 3 metros de altura. Esperamos llegar mañana con los primeros rayos de sol y tener la suficiente luz para encontrar un fondeadero seguro.