Hoy 20 de febrero hemos fondeado en un lugar solitario y desolado, en medio
de la nada, un lugar de innumerables tragedias. Su nombre en ingles es
“arrecife pocilga”, no haciendo el nombre honor al sitio. Se llama Hogsty Reef y es
una barrera contínua de coral, con forma de herradura de 5 millas de largo
por 3 millas de ancho, con solo una pequeña entrada que da acceso a un
lagoon interior protegido. El arrecife tiene dos pequeños cayos de arena
de unos 200 metros de largo que solo levantan 1 metro sobre el nivel del
mar. Uno de ellos tiene un pequeño faro que, como parece costumbre, no
funcionaba cuando pasamos por allí. El resto del arrecife es un cinturón
contínuo de coral de muchos kilómetros que al permanecer sumergidos a pocos
centímetros han sido la trampa perfecta para innumerables barcos a lo largo
de muchos cientos de años. Literalmente estamos en un cementerio de los
navíos que tuvieron mala suerte en su vagabundeo por estos complicados
mares.
Se encuentra en mitad de la nada, a unos 80 kilómetros de distancia de
Mayaguana y de Great Inagua, dos islas escasamente habitadas al sur de Las
Bahamas.
Cuando nos aproximábamos esta mañana con cautela al arrecife, desde lejos
eran bien visibles los restos destrozados de un gran barco mercante que
naufragó en la parte norte. En la parte sur del arrecife también divisamos
otro barco, que desde lejos tenía la forma de buque oceanográfico o quizá
un barco de buscar tesoros. Aunque como veis en las fotos, equivoqué mi
predicción, ya que se trataba de otro naufragio. Viéndolo, caminando sobre
su cubierta corroída, me sobrecoge la tragedia de este barco, siento el
impacto, el crujido ensordece después de que el Capitán, a toda máquina, se
cruza en su derrota con este maldito arrecife y empotra su barco
irremisiblemente contra los corales.
Sitio emblemático de buceo, alejado y remoto, solo visitado muy
esporádicamente por pescadores. Nuestra guía de inmersiones le asigna 5
estrellas y la inmersión ha sido interesante, quizá algo complicada y
peligrosa por la fuerte corriente reinante y la caída hasta el azul oscuro
del abismo que da vértigo contemplado con toda la transparencia de sus
aguas cristalinas. Lo que me está sorprendiendo de las Bahamas es la
claridad de sus aguas. En la inmersión que hicimos era una pasada estar haciendo la parada de descompresión cogidos al cabo del ancla de la barca a 10 metros de profundidad y
ver el fondo 50 metros más abajo. Increíble
¡Ah! Se me olvidaba. Hoy hemos disfrutado este sitio inhóspito porque la
meteorología nos ha obsequiado con el mejor día desde que salimos por la
puerta del Estrecho de Gibraltar. Un día diáfano y claro, sin una nube y
con el viento en calma.
La foto del bicho con cuernos es un habitante habitual de estas aguas y
por cierto, muy sabroso. Disfrutad de las fotos y hasta la próxima entrega
Ya veo lo que me estoy perdiendo...SNIF, SNIF.
ResponderEliminarEso si, las mulatas veo que te las has podido quitar de encima.... no se por que pero oigo ruido de cadenas...
Un abrazo muy fuerte
Eso parece una inmersión de las buenas... :(
ResponderEliminarAy!
r.
Fantástico!
ResponderEliminarUn abrazo
Pedro