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lunes, 2 de abril de 2012

Estamos ya a 700 millas, 1.200 kilómetros de Azores


Hoy es domingo y luce un sol espléndido y radiante en este primer día del mes de abril. Estamos en el séptimo día de travesía y acabamos de completar las primeras mil millas recorridas desde que dejamos la isla británica de Bermuda. Impresionante, es el adjetivo que emplearé para definir esta singladura. Los fuertes vientos a favor siguen impulsando al Sirocodiez a un ritmo frenético. Acostumbrados a los vientos inestables del mediterráneo, navegar en este océano es una delicia para cualquier navegante apasionado de la navegación a vela.
El viento va oscilando entre NW y SW. Ayer a mitad de noche el viento roló al SSW y hubo zafarrancho general a bordo, con cambios de tangón y de velas de una banda a otra. Navegamos entre 7 y 9 nudos, planeando a 11 y 12 nudos cuando descendemos de las crestas de las olas y nos impulsan a toda velocidad.
Ayer  establecimos  un nuevo récord de 17,1 nudos como velocidad máxima del Sirocodiez. Para los incrédulos cuando llegue a Horta subiré la foto probatoria. Y atentos que ¡aún puede caer un nuevo récord!
Todos estamos disfrutando plenamente la navegación y quedan lejanos los primeros días realmente duros tras dejar Bermuda. Os contaré un poco sobre esta preciosa isla que aún conserva el encanto isleño, que hace atractiva la visita a estos lugares rodeados de mar.
Pertenece al Reino Unido y está separada unos 1.000 kilómetros de los EE.UU. en la misma latitud que el archipiélago de Madeira. Su capital es Hamilton, y nosotros atracamos en St. George, la antigua capital de la isla que conserva un precioso casco antiguo.
De origen volcánico, su geografía es singular  y tiene un atractivo cultural, además de haber tenido una gran importancia geoestratégica en las rutas marítimas.
Uno de sus grandes atractivos es su clima templado todo el año, moderado por los vientos alisios donde la temperatura no baja de 15 grados y no sube de 30, donde los vientos moderan. Es un reconocido destino para el turismo de lujo, con grandes hoteles y campos de golf frente a magnificas playas.
Y volviendo a nuestra navegación, ayer noche nos pasó cerca un gran mercante que iba en la ruta que une el Canal de la Mancha con el Canal de Panamá. Más tarde contactamos por Radio con otro barco que se nos venía encima y resultó ser el pesquero-congelador gallego “Manuel Egea” faenando en campaña de tres meses al pez espada. Al hablar con el Capitán del pesquero nos identificamos como un velero de vuelta a España, y nos contesta: “Qué atrevimiento, con lo que ha estado soplando”. El capitán nos relató que a ellos que navegan en un barco de gran porte el temporal les pegó con ganas y que durante unos días no pudieron apenas faenar. Pienso en la vida tan dura de los pescadores, tantos meses alejados de casa y faenando en mares fríos y hostiles para vivir de ello, gente para quienes la mar es su medio de subsistencia. Nosotros, sin embargo, navegamos por el placer de vivir la mar con todos sus vientos y tempestades. Todo un atrevimiento.
Ahora nos encontramos a 700 millas, 1.200 kilómetros de las Azores. Esperamos llegar el viernes por la noche y nos espera un merecido descanso en puerto.

3 comentarios:

  1. Muy buenas, seguimos atentos a vuestra travesía, ánimo, ya os queda menos, buena proa y mejores vientos

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  2. Yo por el momento me conformo con jugar al Volvo Ocean Race online.
    La próxima intentaré estar con vosotros.

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