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lunes, 5 de agosto de 2013

La historia del yate “Tiara”, los piratas y el Circo del Sol

El 4 de septiembre de 2.008 el diario “Le monde” daba una noticia sobre el ataque a un yate de lujo perpetrado por 4 hombres enmascarados  que se apoderaron de la caja fuerte de abordo con 138.000 Euros. Esta noticia podia haber pasado desapercibida si el robo se hubiera producido en los mares de China o en el Caribe, pero sin embargo, tuvo lugar en aguas francesas, poco acostumbradas a la piratería. El barco era el velero Tiara alquilado por turistas alemanes en Cerdeña quienes navegaron con él hacia la bahía de Porto Novo a pocos kilómetros de Porto-Vecchio, al sur de Córcega. Por la noche mientras se encontraba fondeado, fue abordado por una neumática con 4 hombres armados que tras intimidar al Capitán lograron acceder a la caja fuerte de abordo y huir rapidamente.
La historia del Tiara comienza en 2002 en Auckland (Nueva Zelanda). Los prestigiosos astilleros Alloy Yachts recibieron el encargo de construir el velero más grande que jamás se había botado en el país. Esta exclusiva petición procedía de Jonhatan Leitersdorf, un acaudalado inversor israelí fundador de L Capital Partners, entre otras compañías, quien quería poseer un barco «que hiciera historia».
Con sus 54 metros de eslora y unas líneas agresivas, el Tiara es uno de los veleros más largos, lujosos y modernos del mundo. Pero, sin lugar a dudas, la fascinación que despierta esta embarcación y la hace única reside en su cubierta de popa: un amplio espacio concebido para el aterrizaje y despegue de un helicóptero. Un modelo EC-130 con capacidad para siete pasajeros que se erige como una extremidad de quita y pon del barco. De hecho, Leitersdorf ordenó que el casco del Tiara tuviera el mismo color y brillo que el aparato volador que utiliza para desplazarse por toda Europa. Para transformar esta zona de la cubierta en un helipuerto, tan sólo hace falta activar un sistema mecánico con el que las velas y los cabos se pliegan sin esfuerzo físico para la tripulación, al igual que sucede con casi todos los aparejos del Tiara.
Leitersdorf eligió para la decoración un mobiliario hecho con materiales exclusivos aunque con formas sencillas con el fin de no recargar el ambiente. El camarote principal del Tiara, destaca por el estilo 'art déco' que se observa en casi todos los detalles de la estancia y por su ubicación, justo sobre la quilla de más de 5 metros. Esta es la zona menos azotada por los vaivenes de las olas, la más estable, la más confortable. El uso de la madera hace más acogedora aún una de las estancias más grandes.
El Tiara necesitó dos años de construcción para estar listo para navegar y vivió su primera aventura en junio de 2004: atravesar el Canal de Panamá. El mástil de carbono de 63 metros fue diseñado para la ocasión, ya que la creación de Alloy Yachts debía pasar por debajo del puente de las Américas, siendo el velero de mayor capacidad que haya transitado bajo él. Hubo que esperar hasta la madrugada para llevar a cabo la operación, ya que era el momento del día donde la marea estaba en su nivel más bajo y así el voluptuoso barco pudo pasar sin que el mástil se dañara con el puente.
El flamante Tiara necesitó tres días para cruzar el famoso canal y, una vez en el océano Atlántico, comenzó a navegar con todo su esplendor y a forjar su propia leyenda.
Años mas tarde fue vendido por una cifra de muchos millones de euros a su actual propietario, Guy Laliberté dueño del Circo del Sol, cuya trayectoria vital merece un comentario. A los 14 años, este canadiense abandonó su domicilio familiar para llevar una vida de saltimbanqui. Cuatro años más tarde y con 50 dólares canadienses en el bolsillo, partió hacia Francia.
Allí cantó en cafés y aprendió a trabajar en la calle con acrobacias y juegos con fuego y vivió una experiencia que lo marcó para siempre. Según él mismo cuenta, “Un día hacía autostop para llegar a Rennes desde Poitou. Un auto se detuvo. El hombre era médico. No solamente me llevó hasta Rennes, sino que me invitó a su casa. Para no dejarme pasar la noche afuera”.
Pasó dos semanas en la casa de su anfitrión y mantuvo a partir de entonces la "teoría" sobre la cual "construyó todo": "Si alimentas bien el círculo de la vida, la vida te lo devolverá", declaró  al diario Le Figaro.
De regreso en Canadá, Guy Laliberté se unió a un pequeño grupo de trovadores de Quebec: los "Talons hauts". Unos años después, en 1984, obtuvo una beca de Québec para crear un espectáculo itinerante con motivo del 450 aniversario del descubrimiento de Canadá por Jacques Cartier. Así nació el Cirque du Soleil.
Este millonario de craneo pulido y mirada traviesa ha destacado también como jugador de póker y como turista espacial. Tras pagar 35 millones de euros, viajó  como turista  en la nave Soyuz TMA-16 hacia la Estacion Espacial Internacional regresando 3 días después a la tierra en la nave Soyuz TMA-14. Su regalo a los tripulantes fue una nariz roja de payaso.
La revista estadounidense Forbes cifra en unos 3.000 millones de dólares su fortuna personal. La clave del éxito de este autodidacta nacido en Quebec fue teatralizar el circo, y convertirlo en toda una industria.
Ya sea en carpas itinerantes, bajo el agua o en salas de teatro, los 25 espectáculos de su empresa tienen el toque Laliberté: nada de animales sino acrobacias de alta calidad acompañadas por música original tocada en vivo.
Pero volvamos al Tiara, el objetivo de este post. Tiene alojamiento para 10 personas en 5 cabinas, además de la tripulación, compuesta también por 10 personas.
Entre sus caracteristicas destacan los 11 metros de manga, los 6 metros de calado de su quilla y su desarrollo de 10 nudos.
Si queréis disfrutar del glamour de este yate, es interesante saber que lo podéis alquilar, como el velero Sirocodiez, por 180.000 euros la semana.
Aquí os dejo unas fotografias de su paso por aguas de Ibiza y Formentera
www.sirocodiez.com
El velero Sirocodiez fotografia al Tiara fondeado en Ibiza




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